¡NO SIN MI MÓVIL!
Éste es el lema de muchos adolescentes de nuestro país. Es imposible negar el avance que supuso su incorporación en nuestras vidas: podemos avisar si llegamos tarde, pedir citas en el médico desde cualquier rincón y un largo etcétera. Sin embargo, actualmente estamos atravesando la barrera que nos convierte en "móvil-dependientes".
Muchos investigadores alertan de la gran cantidad de personas con móvil que están sufriendo problemas tanto físicos como psicológicos (ansiedad, palpitaciones y sudores) cuando olvidan el móvil en algún lugar, se quedan sin Internet, batería o pierden la cobertura...Este problema se puede llegar a convertir en una adicción, es lo que se conoce como "Telefonitis", un impulso de utilizar el teléfono de manera repetitiva e incontrolable a lo largo del día.
Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Valencia en el que participaron más de 4.000 adolescentes, concluyó que, generalmente, las chicas emplean más el teléfono como medio de comunicación (para hablar con amigos y no aburrirse, para no sentirse solas...). Sin embargo, los chicos lo usan más para probar juegos, aplicaciones, música...A ellos no les afecta tanto no estar recibiendo mensajes o "WhatsApps" constantemente.
Sin embargo, más allá de la adicción, existe un peligro mayor en el uso de estas tecnologías: ciberacosos, ciberbullying, fraudes, estafas económicas...Por eso es importante controlar, en la medida de lo posible, el uso que nuestros menores hacen de ellas (la media de inicio en la telefonía móvil de los jóvenes está entre los 10 y 12 años).
Y TÚ: ¿Serías capaz de vivir sin móvil durante 24h?
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