miércoles, 6 de noviembre de 2013

Consumo en las víctimas

Antes de analizar el consumo de sustancias en las víctimas, surge un interrogante: ¿las mujeres que abusan de las drogas, lo hacen como consecuencia de la violencia que sufren, o más bien su consumo las predispone a sufrir violencia de género? Responder a esta cuestión no es fácil porque la realidad de estas víctimas no se puede reducir a este interrogante.
Un estudio reciente encontró que las mujeres que consumen drogas ilícitas tienen más riesgos de sufrir violencia de pareja con posterioridad. También el consumo de drogas ilícitas está relacionado con una mayor probabilidad de ser maltratadas en nuevas relaciones de pareja. En cambio, el consumo abusivo de alcohol por parte de las mujeres no predice el sufrimiento de violencia con nuevas parejas.

Por otra parte, si nos focalizamos en mujeres que consumen drogas, se observa que un elevado porcentaje de ellas han sufrido o sufren violencia de adultas. Asimismo, los principales factores de riesgo de abuso de sustancias en las mujeres son el abuso sexual-infantil o el abuso físico, la violencia doméstica en la vida adulta, y una pareja que consuma drogas.

En cualquier caso, las mujeres maltratadas pueden recurrir al consumo de sustancias adictivas (alcohol, psicofármacos o drogas) a modo de estrategia de afrontamiento del sufrimiento experimentado. Concretamente, el porcentaje de víctimas que consumen drogas abusivamente oscila entre el 4% y el 40% de las mujeres que acuden a programas de tratamiento de violencia doméstica y a casas de acogida para víctimas. En definitiva, el consumo de sustancias supone un alivio a corto plazo del malestar emocional, pero, sin embargo, a la larga puede ser causa de un agravamiento de la situación de la víctima.

Finalmente, no hay que olvidar que el consumo de drogas por parte de las víctimas de violencia de género incrementa la probabilidad de sufrir victimización secundaria. Por ejemplo, es frecuente que cuando denuncian en su caso ante la policía sean culpadas por los episodios de violencia, e incluso es muy probable que antes estas circunstancias muchas víctimas no denuncien su caso. Además, pueden ser maltratadas desde las instituciones sanitarias cuando las mujeres toxicómanas acuden en situación de emergencia por diferentes motivos (sobredosis, intentos de suicidio, maltrato, etc.).

Aunque muchas investigaciones señalan que el consumo abusivo de sustancias tóxicas, fundamentalmente el alcohol, y la violencia de pareja están significativamente relacionados, se conoce poco acerca de las consecuencias derivadas de los episodios de violencia. Lo cierto es que el consumo por parte, principalmente, del agresor o de ambos miembros de la pareja incrementa la probabilidad de que exista violencia de mayor gravedad dentro de la relación.

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