Un rincón de una calle poco iluminada, un dormitorio, un parque...cualquier lugar puede ser testigo de una agresión sexual. En el último año se han denunciado en España unas 1161 violaciones, sin contar las acontecidas en Cataluña y las que no han sido denunciadas; pero, ¿de qué se valen los agresores para cometer estos abusos?
En la mayoría de los casos, lo primero que se nos viene a la cabeza es la fuerza y el maltrato del violador, sin embargo, en los últimos tiempos se ha extendido el empleo de la escopolamina.
La escopolamina, más conocida como burundanga, es la droga más empleada por violadores y secuestradores con el fin de someter a sus víctimas. Así, se puede definir esta sustancia como un hipnógeno utilizado por delincuentes para que la víctima pierda su voluntad y se entregue sin oponer resistencia.
La escopolamina, más conocida como burundanga, es la droga más empleada por violadores y secuestradores con el fin de someter a sus víctimas. Así, se puede definir esta sustancia como un hipnógeno utilizado por delincuentes para que la víctima pierda su voluntad y se entregue sin oponer resistencia.
El consumo de dicho narcótico, procedente de Colombia pero utilizado actualmente por delincuentes de Hispanoamérica y otros países, hace que las víctimas que la han tomado refieran efecto hipnótico y no recuerden nada de lo sucedido. Por otro lado, la presión sanguínea aumenta rápidamente y ocurre un enrojecimiento de la piel así como un aumento de la temperatura corporal.
Su absorción más rápida es a través de tracto gastrointestinal, de ahí su fácil administración por medio de bebidas (sobre todo vasos descuidados por los adolescentes en las noches de jolgorio) y de comida; o bien puede ser inhalada por un cigarrillo manipulado. Del mismo modo, debido a su fácil suministro y al efecto de vulnerabilidad que causa también se emplea en robos y secuestros.
La escopolamina posee un gran efecto sobre el organismo a partir de dosis entre 3 y 5 miligramos y puede causar secuelas muy severas, llegando incluso a provocar la muerte.
Por todo ello, para evitar ser víctimas del consumo de estas sustancias se recomienda, en especial a los jóvenes, no descuidar los vaso, rechazar cigarrillos de personas ajenas a su entorno, etc entre otros muchos cuidados que nos parecen insignificantes pero pueden tener un gran transcendencia.
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