Hasta mediados de los ochenta, el paciente drogodependiente carecía de la atención adecuada por la Administración a todos sus niveles. Como en el resto de la península, en Galicia los primeros casos de drogadicción fueron atendidos por personal sanitario dedicado a la atención del alcoholismo.
No sería hasta 1986 cuando se crea el Plan autonómico sobre drogodependencias (PAD), coordinado con el Plan nacional de drogas (puesto en marcha un año antes). El PAD marcó el punto de partida para llevar a cabo la organización, planificación, coordinación y gestión de la respuesta a los problemas que afectan tanto a los programas y servicios de atención a los afectados como a lo que concierne a la colaboración entre las administraciones y el movimiento social.
El Plan de Galicia sobre Drogas iniciado en 1997 y que llegó a su fin en el año 2000, tuvo como objetivo priorizar la área de prevención del consumo de drogas.
El siguiente plan vio la luz en el año 2001 (2001-2004), éste se dirigió a consolidar las políticas puestas en marcha por la Administración autonómica en áreas como la asistencia, la prevención, la investigación, la incorporación social, la evaluación y la coordinación, aunque priorizaba el área de la incorporación social.
Tres años después de poner fin al segundo plan se implantó el tercer Plan en Galicia sobre Drogas, un instrumento que proponía nuevos retos en todas las áreas de intervención, además de los recursos necesarios para asegurar su buen funcionamiento.
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