Seguramente, muchos de vosotros creéis que el consumo de tabaco de liar supone todo ventajas: más barato, menos nocivo y menor adicción. Pues bien, todos estos son falsos mitos acerca de este tipo de tabaco y, a continuación, se explicará el por qué.
¿Menos nocivo? La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) afirma que dicho producto es al menos tan dañino para la salud como el tabaco manufacturado, una afirmación que nadie se esperaba, pero ¿pór que esto es así? LA SEPAR basa su conclusión en un análisis de diferentes estudios que aseguran que el tabaco de liar contiene hasta un 22% de aditivos, lo que supone el doble de los que presenta el manufacturado.
¿Menor adición? Mentira. Pensamos que por el simple hecho de que este tipo de tabaco hay que elaborarlo se va a fumar menos, pero la realidad existente es aquella en la que la gente se prepara sus propios cigarrillos en casa, con las máquinas manuales que se venden por una cantidad mínima y salen a la calle como si una cajetilla se hubiesen comprado. Por lo tanto, el número de cigarrillos es el mismo.
¿Más barato? En un principio podemos suponer que si, pero esto no es del todo cierto. Es verdad que su precio en el mercado está más barato, pero hay que tener en cuenta otros factores, dado que aparte de adquirir el tabaco propiamente dicho hay que montar el cigarro, por lo que es más material en el que invertir. Así, la diferencia de precio comparado con el manufacturado es insignificante.
Como consecuencia de todos estos mitos, las datos son claros: las ventas de la picadura del tabaco de liar se incrementaron a principios de año hasta un 68,98%. Su consumo se ha disparado y, comparado con el manufacturado, su prevalencia es mucho más alta en jóvenes, con menos recursos económicos, casados o con pareja y con menor nivel educativo. Dichos fumadores presentan una mayor adicción a la nicotina, creyendo que el tabaco de liar es menos dañino y poseen una menor motivación para abandonar este hábito nocivo.
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