jueves, 14 de noviembre de 2013

Alcohol y cáncer: una realidad testada I

El alcohol, es el término común que empleamos para nombrar el etanol o el alcohol etílico, una sustancia que podemos encontrar en la cerveza, el vino, los licores, etc. Según el Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y el Alcoholismo, una bebida alcohólica contiene alrededor de 14g de alcohol puro, aunque dicha cantidad varía en función del tipo de bebida.

Los investigadores, han determinado numerosas formas por las que el alcohol se encuentra estrechamente relacionado con la aparición a largo plazo de cáncer, pues:

  • La descomposición del etanol de las bebidas alcohólicas en acetaldehído, puede causar severos daños en el material genético (ADN), dado que se considera una sustancia química altamente tóxica, y probablemente un carcinógeno humano.
  • El alcohol provoca el deterioro de la capacidad del cuerpo para disolver y absorber una variedad de nutrientes posiblemente asociados con el riesgo de cáncer, como la vitamina A, vitamina C, vitamina D, vitamina E y los  carotenoides, entre otros.
  • Las crecientes concentraciones de estrógenos en sangre también se encuentran relacionados con el riesgo de cáncer de seno.
  • Las bebidas alcohólicas pueden contener componentes cancerígenos que se introducen durante su fermentación y producción, como son las nitrosaminas, fenoles, hidrocarburos y fibras de asbesto.  

Por otro lado, nuestros genes, también se encuentran implicados en el riesgo de contraer esta enfermedad, un posibilidad aún mayor si se consume alcohol. 

Concretamente, estos genes son aquellos que codifican las enzimas implicadas en la metabolización del alcohol, y entre dichas enzimas se encuentra la desidrogenasa alcohólica (ADH). Muchos individuos de ascendencia coreana, china y japonesa poseen una versión del gen para la ADH  que codifica una forma "hiperactiva" de la enzima, lo que se precipita la conversión de alcohol en acetaldehído tóxico.

En cambio, algunas personas tienen una variante del gen para otra enzima, la aldehído deshidrogenasa 2 (ADH2), que codifica una forma defectuosa de la misma, y lo que sucede es que esta metaboliza el acetaldehído tóxico en sustancias no tóxicas, lo que supone que estas personas pueden tolerar grandes cantidades de alcohol.

Así, podemos afirmar, que en general el abuso masivo de alcohol incrementa el riesgo de  sufrir cáncer . 


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