Alcohol y cáncer: una realidad testada III

Tanto el cáncer de mama como el de cabeza y cuello, se encuentran estrechamente relacionados con el consumo de alcohol, pero ¿y el resto?

Un metanálisis ha indicado la asociación entre este tipo de consumo y el riesgo de cáncer colorrectal, indicando que las personas que beben 50g o más diarios de alcohol presentan hasta casi dos veces más la posibilidad de padecerlo.

Asimismo, la ingesta de alcohol también influye en la aparición de un carcinoma de células escamosas del esófago. Además, se ha descubierto que las personas que poseen una deficiencia en una enzima que procesa el alcohol tienen unos riesgos aún mayores de sufrir cáncer de esófago.

Por otra banda, aunque se ha demostrado científicamente que en la mayoría de los casos el alcohol es un factor de riesgo para esta enfermedad, también cabe destacar que esto no siempre es así. 

Numerosos estudios han analizado esta asociación en los cánceres de páncreas, ovarios, próstata, estómago, útero y vejiga. Como resultado, no se ha obtenido ninguna evidencia de una asociación total o por lo menos constante. 

Por otro lado, en cánceres como el de células renales y en el linfoma no de Hodgkin (LNH), se ha demostrado que un mayor consumo de alcohol se encuentra asociado con una menor probabilidad de padecerlos. Esto se ha dado a conocer en un metanálisis de los estudios de LNH en el que se encontró un riesgo 15% más bajo entre quienes bebían en comparación con los que se abstenían de esta práctica. Sin embargo, los motivos por lo cuales esta probabilidad disminuye se desconocen hasta el momento. 

El cáncer es un enfermedad compleja que requiere de una gran cantidad de recursos humanos y económicos para su abatimiento, además del gran impacto que supone para la salud pública. El número de personas diagnosticadas con esta enfermedad se incrementa cada vez más en la población a nivel mundial. Por ello, son numerosas las investigaciones que se llevan a cabo en este campo. A pesar de los grandes avances, se sigue investigando para reducir un enfermedad por la que cada vez mueren más personas.