El abuso de fármacos de prescripción médica es el uso de un medicamento sin la receta médica correspondiente, de una manera distinta a la prescrita, o para logar la experiencia o los sentimientos que provoca. De acuerdo con varias encuestas nacionales, los medicamentos de prescripción, como los utilizados para tratar el dolor, los trastornos de déficit de atención y la ansiedad, se están abusando entre los consumidores de drogas ilícitas a una tasa sólo superada por la marihuana.
Aunque muchos medicamentos pueden ser objeto de abuso, las tres siguientes clases de medicamentos son las que se abusan con más frecuencia:
- Los opioides, que generalmente se prescriben para tratar el dolor. Si se toman tal como se recetan, los opioides se pueden utilizar para controlar el dolor de una manera segura y eficaz. Sin embargo, cuando se abusan, incluso una sola dosis grande puede causar una depresión respiratoria grave y la muerte. El uso regular (por ejemplo, varias veces al día, durante varias semanas o más) o su uso a más largo plazo puede dar lugar a la dependencia física y, en algunos casos, a la adicción. En 2007, el número de muertes por sobredosis de opioides de prescripción superó el número total de muertes por heroína y cocaína.
- Los depresores del sistema nervioso central (SNC), que se utilizan para tratar la ansiedad y los trastornos del sueño. Deben ser usados únicamente según fuero recetados. Durante los primeros días de tomar un depresor, la persona generalmente se siente somnolienta y sin coordinación, pero a medida que el cuerpo se acostumbra a los efectos de la droga y se desarrolla una tolerancia, estos efectos secundarios empiezan a desaparecer. Si se utilizan estos fármacos a largo plazo, puede ser necesario aumentar la dosis para lograr los efectos terapéuticos. El uso continuado puede producir dependencia física y pueden verse síntomas del síndrome de abstinencia cuando el uso se reduce o se detiene bruscamente. Debido a que todos los depresores trabajan disminuyendo la actividad del cerebro, cuando una persona deja de tomarlos, puede haber un efecto de rebote, dando lugar a convulsiones u otras consecuencias dañinas.
- Los estimulantes, que son recetados con más frecuencia ara el tratamiento del trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Al igual que con otras drogas de abuso, es posible que las personas se vuelvan dependientes o adictas a los estimulantes. Los síntomas del síndrome de abstinencia asociados con una interrupción en el uso de los estimulantes incluyen fatiga, depresión y trastornos en los patrones de sueño. El abuso repetido de algunos estimulantes puede llevar a sentimientos de hostilidad o de paranoia, incluso de psicosis. Además, tomar dosis altas de un estimulante puede resultar en un aumento peligroso de la temperatura corporal y un latido irregular del corazón. También existe la posibilidad de insuficiencia cardiovascular o convulsiones.
El abuso de los medicamentos de prescripción es mayor entre los adultos jóvenes de 18 a 25 años. Según un estudio, después del alcohol, la marihuana y el tabaco, los medicamentos tanto con o sin prescripción están entre las drogas consumidas con más frecuencia.
Entonces, si son peligrosos también los fármacos de prescripción, ¿qué medidas se podrían tomar para evitar el abuso de ellos?
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