viernes, 15 de noviembre de 2013

Alcohol y cáncer: una realidad testada II

El Programa Nacional de Toxicología del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, en base a numerosos estudios de investigación, ha determinado la asociación entre el consumo de alcohol y el riesgo de padecer cáncer, considerando las bebidas alcohólicas como un "carcinógeno humano".

En esta línea, se ha asegurado la existencia de evidencias científicas que afirman que una mayor cantidad de alcohol introducida en el organismo a lo largo del tiempo, implica un incremento de la probabilidad de sufrir esta enfermedad que afecta cada vez a más personas.

Así, a continuación se explican brevemente estos riesgos en dos tipos de cáncer:

  • CÁNCER DE MAMA: tomar una copa de vino o una caña al salir del trabajo con las compañeras es un hábito muy frecuente entre mujeres del primer mundo, sin embargo, esta práctica supone un aumento en el riesgo de padecer cáncer de seno. Cada bebida alcohólica que una mujer toma al día desde el comienzo de sus ciclos menstruales hasta su primer embarazo aumenta dicho riesgo hasta un 13%. Las células de los tejidos mamarios son particularmente susceptibles debido a que crecen y proliferan más rápidamente durante y después de la adolescencia. Algunos profesionales han afirmado que "aunque el incremento del riesgo absoluto por cada bebida adicional puede parecer pequeño para algunos tumores, la gran cantidad de mujeres que ingieren una cantidad entre baja y moderada de alcohol significa que la proporción de cánceres atribuibles al alcohol es un importante problema de salud pública". En la siguiente gráfica se observa la relación entre el riego de padecer este tipo de cáncer en función del nivel del consumo de alcohol.


  • CÁNCER DE CABEZA Y CUELLO: el alcohol constituye uno de los principales factores de riesgo para el mismo. Se considera que los individuos consumidores de 50g de alcohol o más al día poseen un riesgo hasta dos o tres veces más de padecer la enfermedad que una persona no bebedora. Esta posibilidad se incrementa aún más con el hábito de fumar. Entre este tipo de cánceres caben especial mención los de la cavidad oral (excluyendo el de labios), los de garganta y los de laringe.

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