Cantantes de la talla de Jim Morrison o, más recientemente, actores como Cory Monteith han sido víctima de esta conocida y adictiva droga. La heroína fue introducida por primera vez a finales del siglo XIX con el objetivo de comerciar con ella como fármaco. Sin embargo, después de comprobar su gran poder adictivo se detuvo su producción. En la actualidad, la heroína es el opiáceo ilegal más extendido en la población.
¿Cómo podemos distinguir la heroína de las otras drogas? Su apariencia variará dependiendo de la purificación que haya sufrido previamente, así podemos clasificarla en tres tipos:
•Heroína Base: su coloración varía en una escala de grises, pudiendo ser también amarilla o rosa.
•Brown Sugar: como su nombre dice es de color marrón.
•Tailandesa: su aspecto es blanquecino, presenta el porcentaje más elevado de principio activo, llegando a veces al 90%.
¿Cómo se introduce en nuestro organismo? Se fuma, se esnifa, se inhala o se inyecta por vía subcutánea intravenosa o muscular.
Como decíamos al principio de esta entrada la heroína es actualmente una de las drogas más usada. Los jóvenes comienzan a adentrarse en el consumo de estas substancias a la temprana edad de 13 años y, aunque hace unos años este opiáceo estaba más extendido entre la población adulta actualmente es un de las drogas más consumidas por nuestros adolescentes, ¿el motivo? El motivo está, probablemente, en sus efectos. Tras la administración se entra en una etapa conocida como “luna de miel” en la que se produce un “flash”, una sensación de placer muy intensa, seguida de un estado de sedación total y cierta euforia con ausencia de todo malestar.
Sin embargo, en esta luna de miel no todo son buenas sensaciones. Este "bonito viaje" va acompañado a su vez de un acaloramiento de la piel, sequedad de la boca y una sensación de pesadez en las extremidades, que puede ir seguido por náuseas, vómitos y una fuerte picazón. Efectos inmediatos más severos serían una disminución de la función cardíaca y respiratoria, pudiendo llegar a causar la muerte.
No obstante, los peores efectos se producen a largo plazo, ya que la heroína presenta un elevado grado de tolerancia y dependencia física. Además, no nos podemos olvidar de aquellas infecciones cuyo origen está en una mal higiene a la hora de la administración de esta substancia como VIH o las hepatitis B y C.
No dejes que que te gane la partida y ¡sé tu propia heroína!
¿Cómo podemos distinguir la heroína de las otras drogas? Su apariencia variará dependiendo de la purificación que haya sufrido previamente, así podemos clasificarla en tres tipos:
•Heroína Base: su coloración varía en una escala de grises, pudiendo ser también amarilla o rosa.
•Brown Sugar: como su nombre dice es de color marrón.
•Tailandesa: su aspecto es blanquecino, presenta el porcentaje más elevado de principio activo, llegando a veces al 90%.
¿Cómo se introduce en nuestro organismo? Se fuma, se esnifa, se inhala o se inyecta por vía subcutánea intravenosa o muscular.
Como decíamos al principio de esta entrada la heroína es actualmente una de las drogas más usada. Los jóvenes comienzan a adentrarse en el consumo de estas substancias a la temprana edad de 13 años y, aunque hace unos años este opiáceo estaba más extendido entre la población adulta actualmente es un de las drogas más consumidas por nuestros adolescentes, ¿el motivo? El motivo está, probablemente, en sus efectos. Tras la administración se entra en una etapa conocida como “luna de miel” en la que se produce un “flash”, una sensación de placer muy intensa, seguida de un estado de sedación total y cierta euforia con ausencia de todo malestar.
Sin embargo, en esta luna de miel no todo son buenas sensaciones. Este "bonito viaje" va acompañado a su vez de un acaloramiento de la piel, sequedad de la boca y una sensación de pesadez en las extremidades, que puede ir seguido por náuseas, vómitos y una fuerte picazón. Efectos inmediatos más severos serían una disminución de la función cardíaca y respiratoria, pudiendo llegar a causar la muerte.
No obstante, los peores efectos se producen a largo plazo, ya que la heroína presenta un elevado grado de tolerancia y dependencia física. Además, no nos podemos olvidar de aquellas infecciones cuyo origen está en una mal higiene a la hora de la administración de esta substancia como VIH o las hepatitis B y C.
No dejes que que te gane la partida y ¡sé tu propia heroína!
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