Cuando escuchamos hablar de drogas, lo primero que se nos viene a la mente es la imagen de una persona adicta y el sufrimiento de sus familiares; o las mafias ilegales que juegan con la vida de las personas que trabajan como pasantes para ellos por un puñado de euros, como si de títeres se trataran.
Pero, el uso de las drogas, se remonta a tiempos muy antiguos, donde se utilizaban en rituales religiosos, para curar heridas, en enfermedades crónicas calmando el dolor, e incluso para poder sobrellevar las intensas jornadas de trabajo que en situaciones normales no hubieran podido aguantar. Todas las civilizaciones de la historia conocieron las drogas, como el tabaco, la coca, o el propio alcohol, que es mencionado en forma de vino hasta en la Biblia.
A pesar de que el hombre ha tenido conocimiento por miles de años sobre ellas, no es hasta el siglo XX, donde una parte de la población cae en su consumo con fines distintos a los ordinarios.
Pero, que la población no esté preparada para el consumo responsable de las drogas con beneficios terapéuticos, sin abusar de ellas (aunque hay quien dice que quien se droga no puede ser responsable), no significa que dichos beneficios no existan en determinadas drogas.
Algunos ejemplos claros son:
- El opio, que puede utilizarse para reducir el dolor quirúrgico y edemas pulmonares, en la tuberculosis, y para inducir el sueño.
- La cocaína, que estimula las funciones digestivas, es un potente sedante y analgésico, estimula la capacidad física y psíquica, y reduce el cansancio.
- El cannabis, cuyos efectos están reconocidos por la comunidad científica para personas enfermas de cáncer que siguen tratamiento con quimioterapia, para reducir las náuseas y los vómitos, para la espasticidad en la esclerosis múltiple, y para el tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias, entre otras.
- La marihuana, que frena el crecimiento de tumores cancerígenos, combate el glaucoma, alivia las migrañas, y reduce los cólicos menstruales, entre otros.
Aunque esto efectos están reconocidos por la comunidad científica, y se utilizan habitualmente en el ámbito médico derivados de algunas de estas drogas, como la morfina o la codeína, esto no significa que podamos usarlas a nuestro antojo, ya que por cada efecto beneficioso que presenta cada una de ellas, tiene otros tantos efectos negativos para nuestra salud. Por otro lado, su uso incontrolado llevará al abuso, y creará adicción y dependencia.
Por estas razones, solo está permitido el uso de las drogas ilegales única y exclusivamente bajo prescripción médica.
Moi ben explicado. Simple pero claro:)
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