Pensamos que la droga no
es un problema muy extendido, que solo afecta a unos pocos, y además, hacemos
todo lo posible para no relacionarnos con este tema, ya que lo calificamos como
un tema asociado a la "exclusión social". La sociedad tiende a
rechazar a toda aquella gente que tuvo un pasado negro, y especialmente, a
aquellas personas que han sido drogadictas. Pensamos que, a pesar de haberse
rehabilitado, no merecen una segunda oportunidad, no merecen una reinserción
laboral, e incluso que la marginación para ellos está más que justificada.
Pero, realmente no nos damos cuenta de
hasta que punto las drogas afectan a la persona, y a todo su alrededor. La
droga es un problema social, que tiene consecuencias individuales para el que
lo sufre y consecuencias colectivas en la sociedad. Estos problemas colectivos
son de tipo sanitario, económico, cultural etc... Por eso, es importante que
ayudemos a tender la mano a aquellos que la necesitan, a aquellos que han
superado una enfermedad y han dejado atrás las drogas. Por eso, sería
importante concienciar a la sociedad de que las drogas deben ser una preocupación
social , y que para avanzar como sociedad, primero debemos dar
pequeños pasos. Y eso se empieza desde el principio, y no hablo de medidas de
prevención y rehabilitación, hablo de un cambio de actitud, un cambio de
pensamiento, y un voto de confianza hacia aquellas personas que han conseguido
abandonar la droga. La paz en el mundo, que no haya hambre, que todos
seamos felices... Unos tópicos muy buenos y muy bonitos, pero, ¿cómo
vamos a conseguirlos si no empezamos desde abajo a cumplirlos? La felicidad de
un drogadicto antes dependía de una sustancia,pero, ahora que podemos
brindarles la felicidad con un poco de ayuda y colaboración, ¿vamos a dejarlos
solos? Ellos merecen tener las mismas oportunidades que el resto, porque todos
en el pasado hemos hecho cosas de las que nos arrepentimos, pero no somos
juzgados por ello.
Mientras la sociedad siga juzgando y
siendo hipócrita, por mucho que las medidas de prevención y rehabilitación
funcionen, si nosotros no ponemos de nuestra parte, un drogadicto no saldrá
adelante.
Y tú, ¿les tiendes la mano o les das de lado? Todo el mundo tiene un pasado,
pero también merece un futuro.
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