Las drogas ilícitas constituyen un severo problema de Salud Pública cada vez más frecuente en nuestro país. Cada día son más las mujeres que empiezan a consumir y el riesgo de embarazo es una realidad, realidad debida a la falta de protección en sus relaciones sexuales.
No obstante, la mayoría de las jóvenes embarazadas que consumen drogas ilegales también hacen uso del alcohol y el tabaco, además de los hábitos no saludables que suelen tener poniendo en mayor riesgo la vida del bebé.
En primer lugar, ante un embarazo con una adicción se debe buscar ayuda lo más pronto posible evitando que el futuro niño sufra las consecuencias del la adicción. La ayuda especializada brindará la posibilidad de intentar llevar a cabo un embarazo con lo mínimos riesgos posibles, siempre y cuando se colabore en el abandono de la práctica adictiva.
No obstante, la mayoría de las jóvenes embarazadas que consumen drogas ilegales también hacen uso del alcohol y el tabaco, además de los hábitos no saludables que suelen tener poniendo en mayor riesgo la vida del bebé.
En primer lugar, ante un embarazo con una adicción se debe buscar ayuda lo más pronto posible evitando que el futuro niño sufra las consecuencias del la adicción. La ayuda especializada brindará la posibilidad de intentar llevar a cabo un embarazo con lo mínimos riesgos posibles, siempre y cuando se colabore en el abandono de la práctica adictiva.
El abuso de estas sustancias consideradas como nocivas por su alto componente tóxico puede afectar gravemente el desarrollo fetal, el transcurso del embarazo, el parto, la salud del recién nacido y repercutir en el comportamiento psíquico del mismo, incluso podría tener un desenlace fatal, la muerte.
Algunos de dichos efectos adversos pueden deberse a la acción de las drogas sobre la perfusión de la placenta y la oxigenación fetal, mientras que otros son causados de forma directa por las drogas sobre el feto.
Los principales factores que influyen en la cantidad de droga transferida al hijo incluyen: la membrana placentaria delgada y lisa, la liposolubilidad y el peso molecular de la sustancia, las proteínas transportadoras plasmáticas y el pH relativo de la madre y el feto.
Así, en término generales, aunque resulta difícil establecer que efectos específicos causa cada tipo de sustancia en este estado, se ofrecen una serie de drogas con sus respectivas y posibles consecuencias:
- Cocaína: hemorragia cerebral en el feto, aborto espontáneo y bajo peso al nacer.
- Marihuana: crecimiento fetal lento, problemas respiratorios (hipoxia fetal).
- Heroína: aborto espontáneo, parto prematuro, bajo peso al nacer y probable síndrome de abstinencia (el bebé nace adicto presentando temblores, vómitos, diarrea, irritabilidad, llanto continuo y convulsiones).
- Tabaco: aborto espontáneo, crecimiento fetal lento, bajo peso al nacer, parto prematuro y posible síndrome de muerte súbita del infante (SIDS), cuyas causas hasta ahora no se encuentran del todo esclarecidas pero se sospecha del tabaco como una opción. En riesgos relacionados con el tabaco la madre puede tener serios problemas en la placenta.
- Alcohol: crecimiento lento y retraso en el desarrollo, deformidades faciales, alteraciones neurológicas severas y Síndrome Fetal del Alcohol (SFA).
Por otro lado, en esta nueva etapa la mayoría de las adolescentes en estado no terminan sus estudios de enseñanza secundaria, lo que supone un inconveniente en la búsqueda de empleo y por lo tanto en la manutención del menor. DI NO A LAS DROGAS,POR TI Y POR ÉL
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