lunes, 21 de octubre de 2013

¡ Ya no aguanto más, quiero salir de esto ! ( parte 1 )

Existen muchas ideas falsas acerca de cómo ayudar a un drogadicto. Ciertas personas creen que superar la adicción es cuestión de fuerza de voluntad y, que el adicto que realmente quiere y desea acabar con la dependencia puede hacerlo fácilmente. Sin embargo, la drogadicción es un asunto mucho más serio y para prestar ayuda a un drogodependiente hay que entender que la adicción es una enfermedad crónica del cerebro y la batalla para vencerla puede ser muy dura.

Para dejar de consumir es fundamental realizar varios cambios en ciertos aspectos de su vida, ya que la probabilidad de volver a recaer es muy alta y, en ocasiones, cuando la persona afectada se encuentra en el período de abstinencia pero vuelve a consumir, lo que sucede es que luego el deseo es mucho mayor. Por ello, en este momento, si uno se da cuenta que su deseo es mayor que su voluntad, es porque ha llegado al conocimiento de "quiero dejar las drogas pero no puedo, necesito ayuda". Este es el paso fundamental para realmente poder ayudar a una persona con este tipo de problemas, pues si no lo asume, cualquier intento que hagamos por ayudarle va a ser fallido; por tanto, lo esencial es intentar hacerle ver que tiene una adicción y que lo reconozca sinceramente.

Llegado a este punto, hay que ser conscientes de que esta batalla no solo va a ser llevada a cabo por la persona adicta, sino por todos sus allegados, pues hay que entender que esta es una enfermedad que anula la voluntad de la persona por lo que lo normal es que se sufran recaídas. También existe la necesidad de ayudar a que la persona afectada establezca límites, esto es, se debe y tiene que alejarse de todo aquello que le sea perjudicial, incluyendo las amistades que le incitan al consumo, con lo que se pretende que empiece a recuperar el control de su vida.

Tampoco nos podemos olvidar que en algunos momentos alejarse del drogadicto forma parte de su recuperación, ya que es importante que sepa que siempre vamos a estar ahí, pero tiene que ser consciente de que tiene que poner todo de su parte y que, si esto no es así, perderá a las personas que más quiere porque les está haciendo daño.

Por otro lado, para aquellas personas que creen que por el momento no necesitan ayuda o no se sienten preparadas para dejar esta adicción, quisiera invitar a la reflexión con el siguiente extracto de un libro:

¿Por qué bebes? -preguntóle el principito.
- Para olvidar -respondió el bebedor.
- ¿Para olvidar el qué? -inquirió el principito, que ya le compadecía.
- Para olvidar que tengo vergüenza -confesó el bebedor bajando la cabeza.
- ¿Vergüenza de qué? -indagó el principito, que deseaba socorrerle.
- ¡Vergüenza de beber! -terminó el bebedor que se encerró definitivamente en el el silencio.
Y el principito se alejó, perplejo.
Las personas grandes son decididamente muy, pero muy extrañas, se decía así mismo durante el viaje.

Antoine de Saint-Exupéry, El principito


No hay comentarios:

Publicar un comentario