Muchos psicólogos, en el tratamiento y rehabilitación, observan en pacientes una serie de actitudes que les desconciertan, porque no saben a donde les puede llevar ese comportamiento, y temen que toda la ayuda que le está ofreciendo, no vaya a ser suficiente si el paciente no colabora. Es difícil que un drogadicto admita que lo sea, y aún más que esté dispuesto a curarse, de algo que para él no es una enfermedad, por eso hay que estar MUY ATENTOS a esos posibles síntomas que indiquen una recaída del paciente.
Para poder detectar a tiempo la recaída en un drogadicto, debemos de tener en cuenta 5 actitudes o comportamientos que actuarán como señal de alarma:
- Aprehensión sobre el bienestar: Es una sensación de miedo, incertidumbre. En este caso, la persona drogadicta o afectada no tiene confianza en si misma para "mantenerse limpio" o "sobrio".
- Negación: NONONONONONONONO. Esta es su palabra preferida. Con ella quieren lidiar situaciones de estrés y ansiedad.
- Inquebrantable compromiso con el NUNCA VOLVERÉ A LAS DROGAS: La obsesión que un drogadicto tiene por estar limpio, y la necesidad de no volver al mundo de las drogas, llega a convertirse en una perturbación de su mente, de tal manera que, al final, al fijarse un objetivo tan a largo plazo, se frustran porque día a día, no ven avance en su terapia.
- Estar a la defensiva: No querer hablar de su adicción, ya que lo transforman en un tema TABÚ
- Tendencia a la soledad.
Por eso, una solución, muy abstracta pero que puede ayudar al paciente, es establecer una línea entre el antes y el después, una línea que no pueda cruzar. Hay que hacer ver al drogadicto todos los pasos que ha dado, todos los avances que ha tenido a lo largo de su recuperación, han servido para algo. Con esto, lo que queremos hacerle ver, es que la recuperación es día a día, y el llegar a la meta, es difícil, laborioso y costoso; pero la recompensa de llegar a la meta es aún mas satisfactoria.
Ni rendirse ni tirar la toalla, todo se puede conseguir.
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